martes, 11 de febrero de 2014

MAMÁ DE DÍA...MAMÁ DE NOCHE

Que la primera institución educativa es la familia es un principio pedagógico que se enseña en cualquier carrera de la rama de educación, pero en nuestra sociedad es algo olvidado.

Vamos, que cuidar a tu hij@ más allá de los seis meses de baja preceptiva se convierte casi en objeto de persecución de los Servicios Sociales.
En muchos países del norte de Europa, mucho más evolucionados que nosotros, por supuesto, pero no ya en recursos materiales, sino también personales y de inteligencia y sentido común, existe algo llamado Homeschooling que en nuestro país se considera poco menos que aberrante, y consiste en la dedicación plena de uno de los dos padres (o ambos) a la educación de sus hij@s, tanto personal, como familiar y educativa.

Por su parte, los argumentos que ofrecen aquellas personas partidarias de escolarizar a l@s niñ@s antes de los tres años son:
-Aprende a comer.
-Aprende unos hábitos y normas (disciplina).
-Aprende a dormir.
-Aprende a relacionarse.
-Aprende a compaaaaarrrrtiiiirrr (éste es el verbo más utilizado y escuchado a padres y madres en los parques: COMPARTIR. Primero hazlo tú y tu hij@ acabará haciéndolo simplemente por imitación).
-Se hace autónomo (ésto requiere de una profunda reflexión, ya que se considera que un@ niñ@ pequeñ@ es autónomo cuando no molesta a sus padres/madres porque sabe hacer ciertas cosas sol@, y también he escuchado porque no se queja cuando se hace daño. Curiosamente, yo conozco a personas adultas que no son autónomas y nunca lo serán. Debe de ser que no fueron a la guardería, cuna de la sabiduría colectiva y del desarrollo de habilidades personales al más alto nivel).

Entonces, yo podría abrir una guardería, porque, sin haber ido a ninguna, mi hija:
-Mastica desde antes de los 6 meses.
-Come sola.
-Colabora en las tareas domésticas.
-Comprende prácticamente todo lo que le decimos.
-Le encanta jugar con otr@s niñ@s.
-Es muy sociable.
-Verbaliza el nombre de toda su familia y el parentesco que le une sin haber pasado por "yayo/a".

¿Y no será que la influencia de una madre, el amor que tiene y da a su hij@ es algo insustituible, y más por una persona desconocida, por muy cualificada que esté?

Pero, claro, mi hija no madruga ni está fuera de casa jornadas laborales completas. Come y duerme cuando quiere y le es permitido explorar y jugar en cualquier lugar de la casa porque para eso es su CASA.

Sé que se me podría llamar permisiva o rebelde, incluso hippie, pero quienes nos conozcan que digan si no puedo ir con mi hija a cualquier lugar porque no sepa comportarse.
Entiendo que, para aquellas personas que fueron educadas en un ambiente dictatorial y represivo, impuesto por la sociedad, pero perpetuada en sus domicilios, este arbitrio y libre albedrío al que expongo a mi hija se salga de toda norma. Pienso que, si algo debe ser un@ niñ@, es FELIZ y LIBRE porque aún no ha desarrollado un intelecto que le encadene a pensamientos absurdos. Y, en ningún caso, estoy diciendo que se le permita hacer todo lo que quiera obedeciendo a sus caprichos.

Para finalizar, diré que las instituciones educativas de 0-3 años cumplen una labor social indiscutible que facilita la tan ansiada conciliación familiar y laboral o, mejor dicho, dan cierta tranquilidad a una madre que ha de salir a trabajar, porque no le queda más remedio (o porque le gusta su trabajo) pero, en ningún caso, sustituyen a una MADRE, porque ella tiene un vínculo con su hij@ que nadie más posee.



mi mamá
eS LA ÚNICA QUE ME GUARDA Y ME CRÍA
 

lunes, 10 de febrero de 2014

PECHO CON PECHO...CORAZÓN CON CORAZÓN...ALMA CON ALMA

A un mes y diez días de cumplir su segundo cumpleaños, Lucía aún se duerme (o reduerme, si se despierta y vuelve a dormir) en mi pecho en alguna ocasión.
Este contacto de mi hija con mi corazón supone una fusión total con la extensión de la vida que representa. Ella es la parte de mi más auténtica, la creación más maravillosa a la que he podido dar fruto.

Influenciada por las nuevas corrientes de apego seguro y por el sentido común que en ocasiones me rige, le he ofrecido y regalado mis brazos siempre que los ha requerido, sin miedo a crear un hábito basado en el gusto al contacto con mamá, y más bien fomentándolo, ya que l@s hij@s son pájaros que volarán del regazo y seguro que a mi, como madre, me parecerá que es más pronto que tarde.

Mi hija es para mi tan importante que estos primeros años suyos de vida la deseo acompañar todo el tiempo que pueda, participar de sus juegos, compartir sus risas y, a menudo, provocarlas, consolar sus contrariedades y favorecer un entorno de iguales lo más sano y sensible posible, en el que pueda interactuar y colaborar en lugar de competir y compararse, formando parte de una globalidad que acepte a tod@s en la misma medida.

Pienso que el mejor legado que le puedo dar a mi hija es el contacto con un medio que le ayude a crecer, a cambiar este mundo hacia algo mejor, favorecer que pueda pensar y decidir por sí misma. En definitiva, hacer que sea un ser LIBRE.

Y, para que ésto sea posible, tengo que respetar sus decisiones aunque no sean las mías (el amor de una madre da para mucho), aunque en todo momento intente descubrir lo que es mejor para ella.

En definitiva, espero que queden aún muchos sueños que iniciar y retomar en mi pecho, muchos abrazos, muchos brazos y muchos besos porque hace un año, diez meses y veinte días, nacía el amor de mi vida.

http://nosotrosasenestemundo.blogspot.com.es/

sábado, 8 de febrero de 2014

EL ÚLTIMO ADIÓS ES UN HASTA LUEGO

Hoy hemos asistido a un acontecimiento que cualquiera querría evitar,  algo que no debería ocurrir pero que sucede en contra de la voluntad humana: la despedida de una niña preciosa que decidió marcharse el día que cumplía exactamente cuatro años y nueve meses.
Aunque es irreparable, también es inevitable sentir el dolor de sus seres queridos, ya que también soy madre y perder a un hijo es lo más terrible que puede suceder.
Últimamente he leído testimonios de personas que han perdido a algún ser querido y especialmente me ha impresionado el de un señor que, habiendo perdido a dos de sus tres hijos, ha "desarrollado" la capacidad de comunicarse con ellos y sentirlos porque,  según él, la muerte no existe. Cuando alguien se va, desaparece su cuerpo pero el alma sigue con nosotros aunque no seamos capaces de sentirlo.
A mi me gusta esta forma de ver el "tránsito"; no en vano, quien estuvo en tu corazón, siempre estará junto a ti. La pena, efectivamente, es que nadie tiene poder para evitar la marcha de otra persona ya que todos tenemos un día designado. 
En el último mes y medio he asistido a la despedida de varias personas, lo que me hace valorar y dar gracias cada día por tener lo que tengo.
La esperanza nos dice que nos volveremos a encontrar con nuestros seres queridos, pero la ausencia física genera un dolor insoportable para los que aquí se quedan.

Por tanto, es tarea del Cielo hacer más liviana la trayectoria a los que sufren, así como éstos deberían agudizar y desarrollar los sentidos para ser conscientes de que los que se fueron continúan estando aquí,  junto a ellos.