sábado, 4 de enero de 2014

SU NOMBRE, MI INSPIRACIÓN

Mi hija se llama Lucía.

En un primer momento, pensé que estaba embarazada de un niño. 
Acabbaa de finalizar mi formación en reflexología cuando quedé con una compañera para que me diera un material para la práctica. Sin decirle nada, puso la mano en mi tripa y me dijo: "Estás embarazada y va a ser una niña".

Me quedé alucinada. Se lo comenté a Fernando y se sorprendió sobremanera porque aún no habíamos confirmado el embarazo. En ese momento, me hizo especial ilusión que fuese una niña, por afinidad genérica, supongo.
Mi compañera, Estrella, acertó, aunque Lucía no nos confirmó su género hasta la semana 38 de gestación.

Cuando una mujer está embarazada, especialmente las mujeres más mayores juegan a ser adivinadoras del futuro gestacional, y muchas me decían que sería niño, pero yo creía en las palabras de Estrella que posteriormente se confirmaron.
Además, sólo surgían de mi nombres de niña y, especialmente, Lucía, a la que Serrat dedica una canción mundialmente conocida y que las primeras semanas tras su nacimiento, llenaba mis ojos de lágrimas de emoción.

Había leído que l@s niñ@s eligen su nombre antes de nacer y, a través de una conexión "telepática", se lo transmiten a sus p/madres. Siento que, en nuestro caso, es así.

De modo que aquí os dejo la canción, que es maravillosa de todas todas, para que la disfrutéis, aún más si hay alguna Lucía en vuestras vidas.

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