domingo, 1 de diciembre de 2013

SER O NO SER

Hoy he leído un artículo que me ha hecho pensar. De él, cuyo enlace es:

http://www.eldiario.es/andalucia/escuela-instrumento-acabar-imaginacion_0_201930651.html

He extraído dos fragmentos que me han llamado poderosamente la atención:

El educador británico Sir Ken Robinson dice: "Destruimos de manera sistemática el poder de la imaginación, tanto en nuestros hijos como en nosotros mismos".

Y, a continuación, el diario publica: "Robinson asegura que el pensamiento divergente es una capacidad esencial de la creatividad. Un estudio llevado a cabo con 1500 personas demostró que el 98% de los niños entre 3 y 5 años tenían un nivel de pensamiento divergente propio de un genio. Cinco años, más tarde, solo un 32% de esos niños de entre 8 y 10 años podían considerarse genios. Al llegar a los 13-15 años, solo había un 10% de ‘genios’ y, al realizarle esa misma prueba a un grupo de más de 25 años, el porcentaje de genios se había reducido a un 2%".

El de la educación, es un tema delicado cuando se trata de tus propi@s hij@s. Como ya comenté en otro post, me atraen sobremanera las Escuelas Libres, pero las hay demasiado extremas, y los extremos no suelen ser buenos porque corremos el riesgo de dejar a l@s niñ@s fuera del sistema, aunque éste deba cambiarse. Además, es el futuro de nuestr@s hij@s el que está en nuestras manos, y considero que hay que respetar su inclinación hacia un tipo de educación concreta, acorde con su forma de ser.

Como en todo, la virtud se encuentra en el punto medio, de modo que lo ideal sería una escuela en la que los valores que Robinson ha comentado (imaginación, creatividad) se potenciaran por encima de todas las cosas. Y considero que ésto no es nada complicado, más al contrario, basta con utilizar materiales cotidianos (cartón, papel de periódico, botellas de plástico, pinturas,...) para que esa creatividad, una vez trabajada en las personas adultas, pasen a l@s más pequeñ@s.

Cuando era niña no me gustaba separarme de mis padres, especialmente de mi madre, con la que pasaba la mayor parte del tiempo. Ella siempre ha realizado actividades manuales como coser y hacer punto, y yo la imitaba. A veces me dibujaba animales en trozos de tela cuyo perfil yo cosía con hilos de colores. Esa era una fuente de creatividad estupenda y, aunque actualmente no sé dar una puntada, me he hecho bastantes jerseys y tops, y ahora le hago algunas cositas a Lucía.

Y es cierto que esa creatividad se va perdiendo con las criticas y comentarios externos: "Podías haberlo hecho de esta forma", "Mejor hazlo así",... o con las comparaciones, destructoras de autoestima insuperables: "Tu hermano lo hizo mejor que tú", "No eres como la hija de...".

Pero, cuando un@ es creativ@, algo mágico ocurre en el interior. Se produce una conexión con algo superior a un@ mism@, como si de una fuente inagotable se tratara.

No es fácil ser madre/padre en estos tiempos, al menos en la gran ciudad, son muchas las exigencias y expectativas que se depositan sobre nosotr@s y que, a su vez, depositamos sobre nuestr@s niñ@s. Sería recomendable que les ayudásemos a liberarse de los yugos que les limitan y no les aportan ningún beneficio y que, de paso, lo hiciéramos también con nosotr@s mism@s.

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