jueves, 13 de junio de 2013

LA ESPERANZA SIEMPRE ESTÁ PRESENTE

Durante esta semana no he tenido ganas de escribir porque el lunes nos dieron una noticia que, para mi, fue terrible: la displasia de cadera de Lucía había avanzado y era necesario colocarle un aparato.
El mundo se me vino encima, no podía imaginar a mi pequeña, portadora permanente de alegría y acción, limitada en su movimiento por un amasijo de hierros.

Lo primero fueron las formas del traumatólogo, ausente de tacto a la hora de informar. Salí de la consulta paralizada y, cuando pude reaccionar, me eché a llorar.
Estos días han sido especialmente duros para mi, pero más llevaderos por el apoyo recibido de nuestras familias, por supuesto, de Fernando hacia mi, y de nuestros amigos Eva y Yoan, Francisco y Arancha, Laura y Carol.

Mi temor y mi rabia proceden del hecho de que la displasia es de nacimiento, la pediatra del hospital ya la detectó el segundo día de vida, y no podía entender cómo habían esperado tanto, a que Lucía anduviese y, además, en verano.

Después de tanto llorar, estoy pensando que el aparato ha de ser nuestro amigo, pues va a solucionar el problema que Lucía presenta en este momento (que no es otro, por otro lado, que una rotación de la cadera que una carrera de danza clásica agradecería sobremanera), y así se lo tengo que plantear.

Lo que más me atenaza es el día en que salgamos de la ortopedia con el aparato colocado, y cómo se lo tomará mi pequeña. Como l@s niñ@s son supervivientes por naturaleza, seguramente lo lleve mejor que su mamá, que estará en todo momento apoyándola.

Un rayo de esperanza, además, ha inundado nuestras vidas, cuando ayer el acupuntor al que voy, nos dio buenas expectativas sobre la evolución del trastorno.

Por todo ello, intento que la ilusión haga sombra al miedo, y salgamos victoriosos de esta lucha, mirando al futuro con un rayo de sol como muestra esta foto de Lucía.


2 comentarios:

  1. Susana, ya verás todo con luz porque el problema de cadera tiene solución y Lucía es una niña feliz por el cariño y la educación tan esmerada que le dais. Mucho ánimo y gracias por vuestra amistad

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  2. Gracias, Eva. Todos los padres queremos lo mejor para nuestr@s hij@s. Un abrazo.

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