jueves, 6 de junio de 2013

MI EMBARAZO

Por una parte, quería ser madre pero, por otra, eso suponía un cambio de vida desconocido para mi. El mayor inconveniente era el trabajo; consideraba sumamente importante mi realización personal y profesional.
Las amigas que ya tenían niñ@s, me anunciaban la maternidad como algo terrible: "ya no importas", "ya no vas a hacer las cosas que te gustan y éstan van a dejar de tener interés para ti", "tu cuerpo no volverá a ser el mismo",...
Y, aunque tenían parte de razón, también es cierto que las mamás continuamos siendo mujeres, y es importante que recuperemos esta parcela por pequeña que sea ya que, cuando das a luz, lo que se avecina es inimaginable.
Bueno, que me pierdo. Me quedé embarazada a la primera, fue una decisión meditada y respetada por mi y por mi pareja y, antes de la primera falta, una compañera, poniéndome la mano en el abdómen, me dijo: "Estás embarazada, y va a ser una niña". !Ahí queda eso!
Hasta la semana 38 no me confirmaron el género de mi bebé pero, en cuanto Estrella (que así se llama esa compañera) me lo dijo, apareció en mi mente el nombre de Lucía. Si lo hubiera sabido antes, creo que nuestra comunicación habría sido aún mejor.
Al menos en la primera mitad, mi embarazo fue muy duro para mi, ya que tuve que dejar de bailar porque no me encontraba nada bien y, desde la sexta semana a la décimotercera, tuve náuseas constantes.
Mi cuerpo se transformó desde el primer momento adquiriendo una morfología cuadrada por la retención de líquidos, y yo me encontraba en otro estado: el de embarazada, futura mamá, primeriza.
Porque considero que el cambio de vida no ocurre cuando nace el bebé, sino desde que la pareja (o la mujer) se plantea convertirse en familia.
La práctica del yoga me ayudó mucho, y aún recuerdo con mucha emoción el día que mis compañeras, en la semana 37, me despidieron, rodeándome mientras sonaba de fondo una canción-mantra de Rosa Zaragoza: Sabemos parir.
Ni qué decir tiene la cantidad de beneficios que produce esta práctica: ayuda a eliminar la ciática, a dormir mejor, aumenta la elasticidad de cara al parto, favorece conocer a personas en la misma situación, compartir,...
Pero, a partir del quinto mes, me encontré de nuevo con energía (sería por el yoga), caminaba bastante, mi pareja y yo salíamos con amigos, invitábamos a familiares y amig@s en casa y cocinábamos para ell@s. Y yo iba feliz con mi barriga, me encontraba muy feliz con ella, sintiendo a Lucía, sus movimientos, su hipo,...

1 comentario:

  1. Sabemos parir. Cuanto me emocionó esa canción la primera vez que la oí mientras se la cantamos a una compañera y dos meses después me tocó el turno a mi. No pude contener las lágrimas. Así que imagino perfectamente lo que sentiste en ese momento sabiendo que quedaba tan poco para conocer a tu peque. Son momentos inolvidables

    ResponderEliminar