jueves, 20 de junio de 2013

RAZONES Y PORQUÉS

En este post, voy a comentar los principios en los que Fernando y yo nos hemos basado para criar a nuestra hija. Con ello, no pretendo sentar cátedra, ya que somos primerizos en todo, sino simplemente  compartir las creencias que nos han motivado a hacerlo de ese modo.

-Lactancia materna (siempre que puedas, ¡ja!, cómo si esto fuese la lotería o el deshoje de una margarita). Hasta dónde tengo conocimiento, la mujer es un mecanismo de una precisión perfecta para amamantar a sus hij@s. No creo que la lactancia sea algo fácil, y menos aún prolongarla, pero los beneficios y los momentos únicos que he compartido con mi hija, bien han valido el esfuerzo realizado. Más tarde, aprendí la diferencia entre las succiones nutritivas y no nutritivas y todas las emociones y sensaciones positivas que se trasmiten a través de la lactancia, lo cual suponía una motivación extra a la labor.

-Utiliza la teta de chupete. Afirmación absurda donde las haya. 
Fernando y yo decidimos prescindir de chupetes y biberones. Uno de los motivos, fue la prescripción facultativa para que no interfirieran en la lactancia, y otra que, de un hábito no adquirido, no hay que deshabituarse. La tercera razón es que yo fui usuaria de chupete hasta que lo perdí con ¡¡cinco años!!, y no deseaba un destete artificial tan tardío para Lucía.

-La leche artificial, esa gran fuente de nutrientes. Vamos que, en breve, nos la prescriben a tod@s por ser población de riesgo de raquitismo, beri-beri o escorbuto.
En relación a este aspecto, me gustaría comentar que, la semana pasada, asistí a una formación en lactancia para profesionales en un centro de salud. Todas las sanitarias que allí se encontraban, se declaraban partidarias de la lactancia, y me sorprendió sobremanera el comentario de una de ellas: "Defendemos la lactancia, y la recomendamos, pero no que sustituya ninguna comida". Vamos a ver si ponemos orden: la leche materna pierde toda su importancia (y se transforma en algo cuasi tóxico) a partir de los seis meses, porque no contiene hierro, pero la leche de continuación es perfecta. Si sustituimos la nuestra por esta mezcla, no problem. Perdonen, pero a mi esto me chirría por todas partes. Personalmente, los biberones de mañana y noche, se me antojan métodos de engorde. Y, por otro lado, si tod@s sabemos que la leche materna se caracteriza por su rápida asimilación, que alguien me explique como este líquido elemento puede sustituir a ninguna comida más allá de los doce meses, cuando un@ niñ@ no se va a conformar con llenar su estómago unos minutos, que es lo que va a tardar la leche en digerirse.

-Coman todos los mismo, por favor. Pues, eso, cuando comenzamos con la alimentación complementaria, no adoptamos la mágica rutina diaria de papillas de frutas y purés de verduras con carne o pescado. Optamos porque Lucía masticara y fuera probando los diferentes alimentos. Esto, claramente, alarma a l@s usuari@s de la rutina citada, pues las cantidades que un bebe mastica (y es capaz de hacerlo a la perfección con sus encías) son considerablemente menores que si se opta por (la mezcla de un plátano, una naranja, una pera y dos galletas pasados por) la batidora.

-La leche de vaca, esa gran (y única) fuente de calcio. De la que también hemos prescindido, y ese importante mineral lo obtenemos de otros alimentos, como las leches vegetales, los pescados, los cereales o los frutos secos. En la variedad está el gusto. La tan venerada leche de vaca aumenta la cantidad de moco, es incompatible con el ser humano, por lo que cada vez son más l@s niñ@s que presentan intolerancia a la lactosa, y lo que me resulta más gracioso es que se le atribuya el defecto al@ niñ@ en lugar de explicar que nuestro aparato digestivo no está preparado para asimilar los nutrientes de una especie diferente a la nuestra. Si no, también podríamos tomarnos la concha de la ostra o las virutas de un hierro.

-Colecho o mete a tu hij@ en tu cama y, en unos años, también tendrás que meter a su pareja (jajaja, me parto): nuestra cama de matrimonio es cama familiar desde que nació Lucía. Al principio, me daba miedo por sí la aplastábamos, pero el instinto actúa como protector. Más adelante, estamos tranquilos porque comenzó a quejarse si algo le molestaba. Optamos por el Colecho porque nos gusta dormir con nuestra hija, porque ella descansa fenomenal, porque percibo a cada momento si algo le ocurre y porque, cuando pasen los años, ella emigrará a su habitación y, lo que no hayamos dormido juntos los tres, no podremos recuperarlo. Además, a partir del sexto mes ha pasado noches difíciles con la dentición y, por propia supervivencia, no podía pasarme las noches de vigía. Además, como os he comentado, no somos usuarias de chupete, lo cual erige a mama como única fuente de consuelo.

Somos felices haciendo las cosas del modo en que las hacemos, no seguimos a ningún profesional, tan sólo a nuestro instinto teniendo en cuenta lo que Lucía demanda.

Y vosotr@s, ¿cómo queréis a vuestr@s peques?

No hay comentarios:

Publicar un comentario